"10 Expresiones Farisaicas Que Debemos Evitar"
Hay veces que nosotros hemos llegado a comportarnos o inclusive, vivimos como los fariseos o saduceos que vivían en el tiempo de Jesús. En muchos aspectos de nuestras vidas quizá hemos actuado como ellos, no sólo de manera religiosa o legalista, sino de manera doctrinal, afectando o pervirtiendo la fe de otros que aún son débiles en la fe y peor aún, resistiendo la obra regeneradora del Espíritu Santo en nuestras vidas.
Los fariseos y los saduceos eran los religiosos que conformaban el Sanedrín (el Sanedrín era el Consejo Supremo nacional y religioso de Israel que estaba conformado por 71 miembros, 1 Sumo Sacerdote y 70 sabios del pueblo de Israel) y que se encargaban tanto de la vida religiosa y política de Israel; aunque los saduceos estaban más preocupados por la vida política que por la vida religiosa del pueblo, debido al dominio romano al que se encontraban sometidos.
Quizás te preguntas ¿Qué tengo yo qué ver con un fariseo o un saduceo? Quizás nada a simple vista por el contexto histórico; pero en el contexto espiritual, podemos encontrar una serie de síntomas o expresiones mejor dicho, de nuestra manera de vivir personalmente y frente a los demás ahora bajo la gracia de Cristo.
Jesucristo nos exhorta en Mateo 23 a no seguir el ejemplo de los fariseos respecto a su comportamiento, pero en autoridad y justicia (Mateo 5: 19-20) Jesús decía que se les obedeciera porque aludían a la autoridad que provenía de Moisés. Pero ahora sólo daré a conocer diez puntos que bien deberíamos meditar para evitar caer en este tipo de vida, que era reprensible por nuestro Señor.
1. Colocar cargas a otros que ni siquiera tú puedes cargar, cumplir o hacer; es decir, el comportamiento farisaico es cargar a otros de tus propios pecados que ni tú mismo puedes dejar de hacer o practicar, queriendo evadir, ignorar o diluir tu pecado en otros. (Mateo 23: 4)
2. Recurrir siempre al escenario público; es decir, buscar ser visto y reconocido por los demás para que alaben tus obras. (Mateo 23: 5)
3. Buscar siempre lo mejor, lo primero y lo que es placentero; es decir, nuestra manera de vivir se basa en el hedonismo y la vanagloria. (Mateo 23: 6)
4. Creer estar haciendo lo correcto y ser de tropiezo para ti mismo y para los demás. (Mateo 23: 13)
5. Condenar a los que se acercan al Evangelio. (Mateo 23: 15)
6. Dar valor a lo que perece y escatimar lo que es ciertamente importante en la vida espiritual; le dan más peso a lo terrenal que a lo espiritual. (Mateo 23: 16-22)
7. Estar más preocupado por lo que haces y cumplir con todo pero te olvidas del amor, la misericordia y la fidelidad de Dios. Las obras pesan más que el amor de Dios. (Mateo 23:23)
8. Las apariencias son más importantes que la obra regeneradora de Dios. (Mateo 23: 25-27)
9. No reconocer su pecado y resistir al arrepentimiento de ellos. (Mateo 23: 29)
10. Rechazar y negar la palabra, la justicia, la sabiduría y la enseñanza de Dios. (Mateo 23: 33-36)
Si crees que una o varias de estas expresiones se han manifestado en tu vida, es tiempo de ir al Padre y acercarnos confiadamente ante su trono de la gracia para que recibamos misericordia y gracia (Hebreos 4:16), porque si nosotros confesamos nuestros pecados para el arrepentimiento, Él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9).
Dios es fiel, es justo y nos exhorta a vivir de acuerdo a su llamado, la pureza y la santificación (1 Tesalonicenses 4:7) por medio de Jesucristo quien nos ha dado libre acceso al Padre. Ahora que se nos ha manifestado el amor por medio de Jesucristo, vivamos de acuerdo a esa manifestación; en gracia, en misericordia y amor.
Si este artículo te ayudó, compártelo. ¡Gracias!
