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"Irán: ¿Un dilema para Rusia?"


Los últimos acuerdos entre el 5+1 e Irán respecto a su programa nuclear; han dado como resultado una serie de puntos que quizás no son favorables para todos los jugadores en el escenario internacional, principalmente los países exportadores del oro negro.

Las negociaciones que habían durado apoximadamente dos décadas (donde Israel era el primer interesado en disolver las pretensiones nucleares de la República Islámica) por fin han dado luz verde para occidente y han logrado dar un paso agigantado respecto a la materia. Israel es de los Estados que geopolíticamente son los menos beneficiados; esto se debe a la situación en conflicto en diversos puntos de la región como lo es Irak y Yemen.

La pregunta es ¿Qué pasa con Rusia en este caso? Al ser la Gran Federación un miembro del Consejo de Seguridad de NN.UU. le da un plus en las negociaciones, ya que éste puede a su vez, vetar lo que no conviene pero ¿Por qué aprobar y defender lo que "occidente" propuso respecto a Irán si Moscú era de los Estados que apoyaban el programa de Teherán en materia nuclear?

Hay dos consecuencias favorables y una que no lo es tanto. Una de las consecuencias favorables para Rusia es la apertura de un mercado alterno a Ucrania, es decir; con la retirada del bloqueo económico a Irán, Rusia podrá exportar sus productos a un mercado de un poco más de 10 millones de personas, de igual manera, el sector empresarial podrá de igual manera invertir en terreno iraní, lo que podrá "fortalecer" un poco más, la balanza comercial rusa.

El otro factor "favorable" (lo entrecomillo por la poca veracidad de las declaraciones de Obama en el 2009) es que Washington promovía la retirada de los escudos antimisiles en Europa si las negociaciones con Teherán llegaban a un resultado óptimo -para occidente- y a su vez Irán abandonara el programa nuclear que había estado desarrollando. Rusia había recordado estas declaraciones y decidió que si apoyaba las negociaciones contra el programa iraní; Estados Unidos retiraría sus escudos antimisles en Europa y otros enclaves militares estratégicos contra la Federación Rusa.

Rusia no es que esté "ilusionada" en lo que alguna vez dijo Estados Unidos (no en balde la Guerra Fría) pero bien puede ser un instrumento político para seguir presionando a la Casa Blanca contra sus extensiones militares por el cinturón estratégico ruso. Moscú ha sacado una carta que bien le puede servir para presionar a la Unión Europea sobre el caso de Ucrania; en caso de que Washington no cumpla "su palabra" seguiremos contemplando una continuidad entre sus gélidas relaciones y podrán efervescer nuevas disputas político-diplomáticas.

Lo que quizá no le será favorable al gobierno de Putin y al sector empresarial energético ruso; sea la apertura del mercado petrolero iraní; ya que podría seguir descendiendo el costo del petróleo, lo que traería consigo una serie de problemas económicos para Rusia. En estos momentos, la situación económica del país transcontinental no es favorable y muchos consideran que no será óptimo al menos este año. Lo que resultará en una posible plataforma caótica para el sector estratégico ruso.

Será pertinente darle seguimiento, ya que a pesar del cierre del mercado ucraniano, la apertura del mercado iraní y el factor militar "a favor de Rusia" respecto a las declaraciones de Obama, la estrcutura petrolera internacional no es favorable para la Gran Federación, su economía se encuentra débil y vulnerable a cualquier ataque del extranjero; una crisis internacional no podría soportarla; con grandes esfuerzos está soportando su depreciación frente al dólar.

En lo particular, la solución rusa a su problema, será el uso de la fuerza en Ucrania para resolver la situación y de igual forma, bloquear todo el abastecimiento de gas a Europa como forma de presión; no sin antes haber diversificado su mercado a otras partes de la Asia adyacente; como lo ha hecho con China. Si lo de Ucrania no funciona, creo que retomará la carta de Irán para presionar a Estados Unidos y a Europa respecto a sus bloqueos contra Teherán. Aún el escenario es volátil y no es determinante.

Para que el mercado petrolero se reactive, bien podrá servir de mucho el Estado Islámico (para Estados Unidos) y la gestión de diversas "guerras", la durabilidad de éstas, deberá producir mejores costos en el petróleo , de tal manera que alcance precios como los de hace casi una década que rebasaban los 100 dólares; situación que también fortalecería a Rusia y lo cual crearía consigo un hervidero económico "hacia arriba" entre los países dependientes de este sector estratégico. Fenómeno paradójico para EE.UU., ya que no le sería "grato" ver a Moscú fortalecido económicamente puesto que tendría mayor capacidad de actuar a nivel internacional pudiendo bloquear las acciones de Washington.

Aún hay mucho que analizar y visualizar, lo que estará ocurriendo en la región; desde Siria, Yemen e Irak, hasta el debilitamiento económico de Rusia.Si la economía no progresa, el sector energético de nada servirá, será un sector obsoleto. Moscú debe conseguir de cualquier forma, el fortalecimiento de su economía para seguir alcanzando sus intereses a nivel internacional; deberá seguir lidiando con Washington y la Unión Europea, quizá esto se diluya hasta que exista una confrontación directa y no "picudazos" como lo están haciendo; es todo o nada.

Irán seguirá siendo para Rusia una carta de apoyo para sus intereses desde Transcaucia hasta Asia Central y contra sus adversarios de occidente, pero a su vez, este aliado es un dilema ya que todo lo que ocurre en Teherán trae consecuencias para Moscú. Así que no es fácil para el Kremlin manejar esta carta iraní y mucho menos en una región que está nuevamente en una gesta de conflictos que prometen propagarse al grado de crear nuevas guerras tripartitas: Occidente-Medio Oriente-Rusia.

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