"Hay Rusia cuando les conviene"
- Rodrigo Rivera
- 28 sept 2015
- 4 Min. de lectura

"Rusia es incómoda para los que buscan conquistarla y avergonzarla, pero es una eficaz aliada cuando se busca diseminar el miedo y la esclavitud de aquellos poderosos amorales que proclaman una falsa libertad." Rodrigo De R.
Rusia es un territorio misterioso y que nos permite entender el comportamiento de Asia y de Europa, es el termómetro de Eurasia, donde todos los vínculos históricos, económicos, culturales, comerciales y políticos, han pasado por lo menos una vez, frente a la mirada de la Gran Madre, que siempre está atenta a lo suyo, a lo que le pertenece y cree que le pertenece.
Este artículo más que ser un análisis es una reflexión sobre la importancia histórica y actual de la Federación más grande del mundo. Moscú siempre ha sido el blanco de disputas diplomáticas, políticas y territoriales; es la culpable de "muchos males" pero casi nunca ha sido reconocida por sus "grandes bienes y virtudes".
Me parece trágico que a lo largo de sus más de diez siglos de historia, siempre se le haya considerado un adversario más que un aliado, un vecino incómodo, un hermano ambicioso e hipócrita, cuando Europa (en la extensión de la palabra) ha sido la promotora de diversos cambios en las estructuras políticas y culturales de Rusia, de manera directa e indirecta.
Rusia siempre ha querido formar parte de la familia europea, pero no como hermana, sino como madre sobreprotectora, una madre que controla y que ordena lo que se debe hacer en casa; es digamos, la siamés de Alemania. Siempre odiándose, envidiándose y compitiendo por lo que tienen a su alrededor; desde los Caballeros Teutónicos hasta Hitler; desde Alexander Nevski hasta Stalin; la rivalidad es eterna al parecer.
Rusia ha dejado de ser un Estado eslavo naturalmente y ha pasado a ser un Estado megadiverso étnica y culturalmente hablando, el eslavismo se fue degenerando poco a poco desde las guerras con Polonia y Suecia (siglo XVI-XVII), la gran mezcla entre pueblos y naciones, ha hecho de la Federación, un conglomerado de ideas, de nacionalismos, de culturas, lenguas, religiones y cosmovisiones. Dejó de existir la reina eslava para ser la princesa de los eslavos, la gran madre del eurasianismo; la que une y divide a la vez.
En su inmensidad radica su riqueza pero también su debilidad, el control de sus fronteras, de sus repúblicas, de sus naciones; es en sí mismo es el riesgo que corre a diario, más afianzado desde 1989 con la antesala de la disolución de la URSS, dejando a la deriva a una serie de hijos naturales (Rusia, Bielorrusia y Ucrania) y putativos (Azerbayán, Kazajstán, Lituania, Suecia, etc.) abandonándolos a la suerte de sus "gobernantes" y pueblos subyugados por la era roja, la era del socialismo soviético.
Todo este mar de factores que traen consigo una serie de olas de inestabilidad, de separatismo, de controversias, guerras y afrentas; le han dado grandes dolores de cabeza a los líderes del Ejecutivo de la Federación Rusa, desde Georgia y Chechenia, hasta ahora con el caso de Ucrania y el olvidado asunto de las Islas Kuriles, asuntos que se encuentran debajo de la cama, donde habita el sueño actual de Putin, de fomentar un zarismo imperial a la carta de la democracia rusa.
Rusia no siempre fue enemiga, a veces hasta socia de Estados Unidos, desde la venta de Alaska hasta la unión en la lucha contra el terrorismo en el año 2001. Rusia ha sido aliada de Europa cuando se ha tratado de enemigos en común como en la Primera Guerra Mundial o en el asunto del gas y su distribución por diversos territorios. Rusia ha sido aliada en el caso de la Segunda Guerra Mundial, donde la URSS (dentro de ella Rusia) fungió como el agente que cambió todo el escenario europeo a costa de millones de vidas humanas.
Rusia no es tan hipócrita, más bien los hipócritas y volátiles del ánimo de la política exterior son Europa y su compinche Estados Unidos, quien gracias al Plan Marshall permitió crear instrumentos internacionales de control, le permitió controlar economías, el chantaje mediático y financiero internacional comenzaron a funcionar como nunca antes. Estados Unidos era el "aliado victorioso" ante las adversidades latentes en Europa, y hasta el día de hoy, así persiste el rol del líder norteamericano.
Rusia siempre será un "amigo" incómodo pero necesario, Rusia será la madre putativa que está en la puerta trasera de Europa en caso de algún peligro. Rusia está condicionada por sí misma y no por nadie. A pesar de su actual debilitamiento económico, el liderazgo del telepresidente y dictatorial Vladímir Putin, sigue emergiendo después de un caos postsocialista, después del "desconecte" internacional; a pesar de sus enormes y valiosas reservas de agua, de gas, de carbón, de petróleo y hierro, Rusia seguirá aislándose por necesidad y orgullo que por presión y repliegue.
Rusia no será conquistada (así lo afirmo) y mucho menos aniquilada, Rusia no está en la mira de un ojo que busca destruirla a costa de todo; lo que sí se busca en todo caso, es aplicar la misma, la tradicional puesta en obra del escenario controlado por los gobiernos occidentales de sumo poder militar y económico; no para destruir Rusia, sino para debilitarla y controlarla. Rusia no está para conquistarse ni eliminarse, sería perjudicial para todo el mundo; Rusia en su defecto está para ser controlada; desde adentro o desde afuera. No pueden ser las dos, la tibieza hizo que la estructura soviética cayera y si Putin hoy en día, se rinde ante la tibieza política (no pragmatismo), se estará rindiendo ante los intereses de aquellos que buscan verla destrozada y avergonzada.
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