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"El Estado de la moda"


Sin darnos cuenta; nos hemos vuelto víctimas de lo que parece ser; una gran industria creada por hombres y mujeres, deseosos de manifestar sus gustos, preferencias y perspectivas mediante el vestir; una industria que no sólo es eso, sino una institución que ha fomentado modales, valores y sentimientos.

La moda es todo aquellos que nos rodea (queramos aceptarlo o no) día con día; desde que despertamos como lo explicita la película The Devil Wears Prada o lo manifiesta Lipovetsky como un fenómenos sociológico que ha traspasado la barrera del tiempo y del espacio, como un espejo cultural, social y político de los siglos ya vividos.

Vivimos en una sociedad en la que la los sistemas de educación crean números y clientes efectivos para el Estado y los poderes fácticos de la modernidad. Vivimos en una sociedad donde el hombre busca ser más hombre a través de la subjetividad de sus emociones más allá de sus tradiciones. Vivimos en una sociedad donde los valores son creados, producidos y vendidos a todos aquellos ávidos de adoptar o comprar una vida diferente a la de sus padres y ancestros; algo diferente, algo que los haga sentir únicos e irrepetibles.

El vicio radica en que las personas en sí mismas, por el hecho de ser individuos, ya son únicas e irrepetibles. Lo que ha vendido la industria de la moda, son falsos déficits o anhelos fútiles que permitan vender más y aumentar la demanda, disminuyendo la oferta; cosa que le permitirá al mercado, sobrevaluarse y crearse una “fama” y un “estereotipo” de inalcanzable e invaluable.

No dudo que la moda sea una expresión artística; no dudo que sea una expresión cultural, al contrario, aplaudo que se preserven los matices de la individualidad mediante estas formas de creación e ingenio; pero como toda empresa; va más allá del “amor al arte” y hace de este amor, un negocio; un negocio que ha redituado en cifras millonarias; no en balde, la celebración y alabanza a la moda, a los famosos Fashion Week en las capitales de la moda.

Las clases altas, utilizan la moda para remarcar su estatus social en la pirámide del “darwinismo social”. La clase media alta, la utiliza para expresar el deseo que tiene de llegar a la cúspide; la clase media es la que no sólo trata de consumirla más; sino que la utiliza como estandarte de anhelo por una mejor vida social y un rechazo a lo que es “indigno” de ver, es decir; la pobreza visual.

La moda es aquella institución que ha creado moldes de “individualización” pero que al final, es un molde de alienación y de sometimiento visual, mediante las texturas, hechuras, colores y patrones; la moda, es lo efímero que busca trascender como lo es la cultura de la gran cantidad de naciones en el mundo.

La moda crea, critica, destruye y deconstruye para volver a crear lo que en un principio era pero que terminó siendo otra vez por capricho del gusto subjetivo de otro individuo en la búsqueda de la inmortalización de su ser a través de la moda.

Esta industria se ha convertido en una gran Estado ficticio que tiene consigo una población, un gobierno basado en la plutocracia y en la metacracia y regulado por los Ministerios de finanzas, de educación, de justicia (a través de la inquisición y crítica efímera), de comunicación, etcétera. Cuenta con una población y con un territorio transcontinental que bien, su soberanía es ejercida por una cúpula de personas que presumen de su “buen gusto” y su proyección como la universalización de lo que es “bueno”, “decoroso”, “digno” y “elegante”, para la preservación de este Estado de la moda.

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